lunes, 10 de enero de 2011

Caducidad inducida (provocada)

Los romanos construyeron puentes que dos mil años después aun resisten. Al principio del siglo XX se construyeron coches que duraban más de 20 años y se podían reparar. Los científicos de DuPond, en 1938 crearon las medias de Nylon que prácticamente no se rompían nunca. Este último caso quizá sea el más paradigmático de la era del consumo, de usar y tirar, para que el mercado no pare de consumir, pues los directivos de DuPond ordenaron a sus empleados que rebajaran la calidad del Nylon para que se rompiera más fácilmente, y así las mujeres comprarían más. En la actualidad ni los coches, ni las medias, ni la mayoría de artículos duran tanto como hace 50 años. ¿Tenemos ahora una tecnología inferior?, ¿son perores nuestros técnicos?. No, simplemente los aparatos están diseñados para que no duren, en algunos casos llevan componente electrónicos, algún chip, con una fecha programada para que llegado el momento bloqueen el funcionamiento, y además no hay recambios.
Los fabricantes argumentan que si todo durara como antes no venderían tanto y la industria se pararía y habría más paro. Lo cierto es que habría menos residuos, menos necesidad de cambiar el móvil cada año, el coche cada diez años, etc., etc. Una rueda interminable. ¿Hasta donde podemos llegar con el incremento constante de consumo?, al final cualquier objeto no durará ni dos meses, ¿ese es el futuro?. Cuando llegue ese momento la vida en la Tierra correrá serio peligro, esperemos que la tecnología nos pueda llevar a otros planetas y vuelta a empezar.

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